La ola guinda ha arrasado en gran parte de México el pasado domingo, y el Congreso de la capital no ha quedado fuera. Con todas las actas escrutadas, la alianza del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) con el Partido Verde y el Partido del Trabajo (PT) se han quedado con 27 de los 33 distritos en disputa. La oposición, conformada por el Partido Acción Nacional (PAN), el Revolucionario Institucional (PRI) y el de la Revolución Democrática (PRD) solo ha ganado en seis. Pese a que los cálculos de las bancas aún no terminan de cerrarse, todo parece indicar que la próxima jefa de Gobierno de Ciudad de México, Clara Brugada, electa con el 51% de los votos, podrá gobernar los próximos tres años con una cámara legislativa afín a sus intereses políticos.

Uno de los primeros en dar el banderazo de la victoria en el Congreso capitalino fue Jesús Sesma, líder del Partido Verde en la ciudad. En un comunicado, la formación contó que se preparaban ya para la próxima legislatura, con siete legisladores electos. Además aseguraron que junto con el resto de alianza gobernante, contarán con la mayoría calificada. “Será una gran responsabilidad ya que haces que las cosas pasen o no pasen”, apuntaron en el texto.

El Congreso de Ciudad de México cuenta con 66 miembros. La mitad, unos 33, son electos a través de mayoría relativa, esto es, quien obtiene más votos en los comicios. De esos, 23 irán para la alianza Juntos Hacemos Historia en la Ciudad de México y cuatro solo para Morena. Tres serán para el PAN y los tres restantes irán a la coalición opositora Va por la CDMX. Sin embargo, esos tres perfiles pertenecen también pertenecen al PAN, que gracias al arrastre de su candidato a la Jefatura de Gobierno, Santiago Taboada, se volvió la fuerza con más poder dentro de la alianza opositora.

Otros 32 curules se reparten a través de la representación proporcional, una forma de dividir los escaños a partir del porcentaje de votos que recibió cada partido que se hace entre aquellas formaciones que hayan recibido al menos el 3% de los sufragios. Los primeros cálculos hechos por expertos sobre las plurinominales señalan que nueve bancas podrían ir a Morena, cuatro al Verde y tres al PT. Del lado de la oposición, nueve irían al PAN, y los otros partidos recibirían entre dos o tres legisladores. De confirmarse la matemática, la coalición de Gobierno tendrá 43 legisladores, apenas uno más que lo que necesitan para tener mayoría calificada y sacar adelante reformas constitucionales.

Los resultados electorales retratan una falta de pluralismo en el Congreso local, que pinta un mal panorama para el PRI y el PRD, así como para Movimiento Ciudadano. Los tres partidos, que de momento no han obtenido ningún escaño al no haberse oficializado el reparto de plurinominales, acabarían con poco peso en la Cámara. Tanto el PRI como el PRD, sin duda, tendrán menos fuerza que la que tienen actualmente, después de que en 2021 una parte de la capital castigara en las urnas al movimiento de Andrés Manuel López Obrador. Si se compara estos comicios con los de hace tres años, Morena y sus aliados conquistaron ocho distritos más que entonces, mismo terreno que ha perdido la oposición.

Quienes han resultado ganadores sin duda son El Partido Verde y el Partido del Trabajo. Como lo hicieron en el escenario nacional, las dos formaciones consiguieron ganar espacio en el Congreso de Ciudad de México a costa de la popularidad del movimiento guinda. Cada uno de esos partidos venían hasta ahora con dos legisladores, y el reparto les dejará números bastante más altos. La formación dirigida por Sesma ha resultado la tercera con más votos en la ciudad, al sacar un 11% del total, por delante del PRI, el PRD, el PT y Movimiento Ciudadano.

La aplanadora del Congreso local podrá facilitar así los planes de Brugada en la capital, donde además tendrá a 11 de 16 alcaldes de su misma alianza política. El conteo final, que se espera para los próximos días, dirá si la oposición es o no empujada a convertirse en un reducto, donde solo el PAN tendrá realmente empuje. El PRI y el PRD, como ha pasado en otros lugares del país, deberán reformularse para no desaparecer con tan poca presencia. Y el mayor desafío para Morena, al menos en los próximos años, será enfilar a su gente siempre del mismo lado. Algunas voces internas del partido alertan: cuando pasen las celebraciones, habrá que estar atentos a las tensiones que puedan aflorar entre los suyos.

El País