Recife (Brasil), 31 ene (EFE).- Brasil registró oficialmente este sábado 58.462 nuevos casos y 1.279 muertes relacionadas a la covid-19, en un día en el que el presidente, Jair Bolsonaro, uno de los líderes más escépticos frente a la gravedad de la pandemia, defendió el desarrollo de una vacuna netamente brasileña.
En su más reciente boletín epidemiológico, el Ministerio de Salud divulgó que en las últimas 24 horas se presentaron cifras similares a las de la víspera (59.826 casos y 1.119 muertes) y el quinto día consecutivo por encima de los 1.000 fallecidos en el país suramericano.
Desde el primer contagio, el 26 de febrero, y de la primera muerte, el 12 de marzo, ambos en Sao Paulo, el país suma ahora 9.176.975 casos confirmados y totaliza 223.945 óbitos.
Según el informe oficial, en la nación de poco más de 210 millones de habitantes se han recuperado 7.998.246 pacientes del nuevo coronavirus SARS-CoV-2, lo que supone el 87,1 % del total de infectados.
Otros 954.784 pacientes se encuentran en acompañamiento médico en hospitales o en sus residencias después de haber dado positivo en las pruebas clínicas.
Así, el país, uno de los tres en el mundo más afectados por la pandemia del nuevo coronavirus en números absolutos junto a Estados Unidos e India, registra una tasa de mortalidad de 107 decesos y una incidencia de 4.367 personas infectadas por cada 100.000 habitantes.
El estado de Sao Paulo, el más poblado del país con 46 millones de habitantes y localizado en la región sudeste, sigue siendo la región con más casos confirmados (1.773.024) y muertes (52.954).
BOLSONARO PROPONE “VACUNA BRASILEÑA”
Este sábado el país alcanzó la cifra de dos millones de personas vacunadas con los inmunizantes Coronavac, del laboratorio chino Sinovac, y Covishield, del anglo-sueco AstraZeneca y la universidad británica de Oxford, hasta ahora los únicos aprobados para uso en carácter de emergencia por las autoridades sanitarias.
A pesar de la transferencia de tecnología para la producción local de la Covishield y la Coronovac, fabricada en Brasil por el estatal Instituto Butantan, adscrito al estado de Sao Paulo, Bolsonaro defendió ante un grupo de simpatizantes en la capital Brasilia la iniciativa del país para tener su propia vacuna.
Brasil “no puede depender de estar comprando vacunas”, incluso porque la mayoría de las que están disponibles tienen una validez de seis meses y “para no estar comprando y gastando tanto la podemos producir aquí”, reforzó.
El presupuesto para el desarrollo de la “vacuna brasileña”, calculado por el mandatario en 300 millones de reales (unos sesenta millones de dólares), será gestionado con la iniciativa pública y privada por el Ministerio de Ciencia y Tecnología.
Mientras se concreta la idea, Brasil continuará con la importación de insumos para las vacunas Coronavac, de la que el Gobierno anunció comprará un segundo lote que iba a ser negociado con países vecinos, y Covishield, de la que llegarán otras catorce millones de dosis listas en febrero.
Según los datos oficiales, con sus 210 millones de habitantes, Brasil cuenta hasta ahora con unas doce millones de dosis, que han comenzado a ser aplicadas este mes en los profesionales de la salud y otras personas consideradas de riesgo.
De esa cantidad en existencia que ya comenzó a ser utilizada, dos millones son de Covishield, que tuvieron que importarse de India ante la falta de insumos para producirla en el país antes de marzo, y el resto de la Coronavac, con dosis provenientes de China y otras envasadas en el país.
Bolsonaro, además, adelantó que si la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa, regulador) aprueba la vacuna rusa Spunitk V el país adquirirá el inmunizante, pues existe “un cheque firmado en diciembre, por 20.000 millones de reales (unos 4.000 millones de dólares) para comprar lo que sea necesario”.