RÍO DE JANEIRO (AP) — Los dirigentes de las tres ramas de las fuerzas armadas de Brasil renunciaron el martes, un día después de que el presidente brasileño Jair Bolsonaro reemplazó al ministro de Defensa, lo que provocó preocupación de que se esté dando una reestructuración militar que sirva a los intereses políticos del mandatario.
El Ministerio de Defensa informó las renuncias en un comunicado sin especificar las razones. Las dimisiones son algo aparentemente sin precedentes desde al menos el final del gobierno militar hace 36 años. No se nombraron reemplazos. Pero los analistas expresaron temor de que el presidente esté tratando de ejercer un mayor control sobre el ejército.
“Desde 1985 no hemos tenido noticias de una intervención tan clara por parte del presidente con respecto a las fuerzas armadas”, dijo Carlos Melo, profesor de ciencias políticas en la Universidad Insper de Sao Paulo.
Bolsonaro, un excapitán del ejército que a menudo ha elogiado el periodo de dictadura militar de Brasil, ha recurrido en gran medida a militares y exmilitares para que ocupen puestos clave de su gabinete desde que asumió el cargo en enero de 2019, pero Melo señaló que los militares se han abstenido hasta ahora de intervenir en la política.
“¿Se mantendrá está resistencia?”, dijo. “Esa es la cuestión”.
Las renuncias se dieron a conocer luego de que los dirigentes del Ejército, la Marina y la Fuerza Aérea se reunieron con el nuevo ministro de Defensa, el general Walter Souza Braga Netto, el martes por la mañana.
El lunes, Bolsonaro realizó una serie de cambios en su gabinete, algo que al principio fue visto como una respuesta a las exigencias de legisladores, diplomáticos y economistas de que se corrigiera el rumbo, particularmente por su manejo de la pandemia de coronavirus que ha causado más de 300.000 muertes en Brasil.
Esos cambios incluyeron el reemplazo del ministro de Defensa Fernando Azevedo e Silva, quien dijo en su carta de renuncia que había “preservado a las fuerzas armadas como instituciones del Estado”, una referencia a sus esfuerzos por mantener a los generales fuera de la política.
Bolsonaro a menudo se ha molestado por los pesos y contrapesos impuestos por los otros poderes del gobierno y ha asistido a protestas contra el Supremo Tribunal Federal y el Congreso.
Su reciente caída de popularidad, y la repentina probabilidad de que se enfrente al expresidente izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva en las elecciones presidenciales de 2022, han hecho que los analistas consideren que está buscando el apoyo de las fuerzas armadas.