Boeing sufrió una fuerte pérdida de 3.300 millones de dólares en el tercer trimestre debido al aumento de los costos de sus programas de defensa, incluido el avión presidencial Air Force One y su avión cisterna KC-46.
“Nuestros ingresos y ganancias se vieron significativamente afectados por las pérdidas en los programas de desarrollo con precio fijo en nuestros negocios de defensa debido al alza en los costos de fabricación y suministro, así como a los desafíos técnicos”, dijo en un mensaje a los empleados Dave Calhoun, jefe del fabricante de aviones estadounidense.
“Prácticamente todas las industrias enfrentan desafíos relacionados con la oferta, la inflación, la mano de obra y la situación macroeconómica, y ciertamente no somos una excepción”, agregó Calhoun.
“Somos realistas sobre el entorno al que nos enfrentamos y estamos tomando medidas integrales”, continuó.
De julio a septiembre, la pérdida por acción de Boeing, ajustada por elementos excepcionales, fue de 6,18 dólares, mientras los analistas esperaban un aumento de 2 centavos.
Su facturación ascendió a 16.000 millones de dólares, un 4% más en un año pero lejos de los 17.900 millones de dólares que esperaba el mercado.
Entre las buenas noticias, Boeing dijo que está en camino de lograr un flujo de caja libre positivo en 2022, una medida que indica la capacidad de una empresa para invertir o pagar dividendos a sus accionistas.
El mercado parecía estar centrado en ese aspecto, con las acciones de Boeing subiendo un 1,4% en el comercio electrónico antes de la apertura de Wall Street.
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