La empresa espacial de Jeff Bezos, Blue Origin, ha sido descrita como un lugar de trabajo “tóxico” que ha antepuesto la “carrera espacial multimillonaria” a la seguridad, en un ensayo abierto escrito por 21 ex empleados y trabajadores actuales.

El ensayo afirma que la empresa del fundador de Amazon empuja a los trabajadores a firmar estrictos acuerdos de no divulgación, ignora las preocupaciones de seguridad, crea un ambiente sexista para las mujeres y sofoca la retroalimentación interna.

Fue escrito por la ex jefa de comunicaciones para empleados de Blue Origin, Alexandra Abrams, quien dice que fue firmado conjuntamente por otros 20 empleados actuales y anteriores que no han sido nombrados.

“Me he alejado lo suficiente que ya no tengo miedo de dejar que me sigan silenciando”, declaró Abrams en una entrevista con CBS.

En respuesta a los reclamos, la vicepresidenta de comunicaciones de Blue Origin, Linda Mills, aseguró que Abrams fue “despedida por causa justificada” en 2019, luego de “repetidas advertencias por problemas relacionados con las regulaciones federales de control de exportaciones”.

“Blue Origin no tolera la discriminación o el acoso de ningún tipo”, agregó Mills en un comunicado.

“Ofrecemos numerosas vías para los empleados, incluida una línea directa anónima las 24 horas del día, los siete días de la semana, e investigaremos de inmediato cualquier nuevo reclamo de mala conducta”.

El texto acusó a la compañía, fundada por Bezos, de suprimir las preocupaciones de seguridad sobre sus cohetes mientras competía contra SpaceX, de Elon Musk, y Virgin Galactic, de Richard Branson.

Afirmó que muchos de los propios empleados de la empresa no se sentirían seguros volando en un vehículo Blue Origin, ya que creen que no se siguieron los protocolos de seguridad adecuados.

Abrams dijo a CBS el jueves que en 2018 un equipo de Blue Origin documentó más de mil preocupaciones de seguridad con los cohetes de la compañía.

Pero ella afirma que cuando planteó las preocupaciones de seguridad a los altos mandos, le respondieron que la persona que presentó la queja no tenía una “tolerancia al riesgo lo suficientemente alta”.

El ensayo también alega que numerosos ejecutivos habían sido degradantes hacia las empleadas, y uno se refería a las mujeres como “bebé” y “muñeca”.

“Muchos de nosotros hemos pasado nuestras carreras soñando con ayudar a lanzar un cohete tripulado al espacio y verlo aterrizar de forma segura en la Tierra”, dice el ensayo.

“Pero cuando Jeff Bezos voló al espacio en julio, no compartimos su alegría. En cambio, muchos de nosotros miramos con una abrumadora sensación de inquietud. Algunos de nosotros no soportamos ver nada”.

Y agregó: “Si la cultura y el entorno de trabajo de esta empresa son un modelo para el futuro que imagina Jeff Bezos, vamos en una dirección que refleja lo peor del mundo en el que vivimos ahora y que necesita un cambio urgente”.

Bezos participó primera misión humana de la compañía al borde del espacio en julio, junto con su hermano Mark Bezos, Wally Funk y Oliver Daemen.

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