El primer día de su gobierno, el presidente electo Joe Biden presentará una propuesta de reforma para buscar otorgar la ciudadanía a cerca de 11 millones de inmigrantes indocumentados.
El plan del demócrata incluso ha sorprendido a defensores de inmigrantes, ya que un plan de esa magnitud ha divido a los miembros de su partido, aunadas a las diferencias con republicanos, indicó The Associated Press, que cita a cuatro personas que conocen los planes del presidente electo.
Además de buscar proteger a los “dreamers” con una modificación del programa Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA), durante su campaña, Biden adelantó que presentaría una reforma migratoria para buscar naturalizar a los indocumentados que viven en el país.
La promesa del demócrata ha sido tomada con tiento por activistas, ya que en 2008 el presidente Barack Obama prometió una reforma migratoria, tema que abordó hasta el segundo mandato, cuando surgió DACA y DAPA; este último era para otorgar ciudadanía a padres de niños estadounidenses, pero fue detenido por batallas en tribunales.
Sin embargo, en esta ocasión el tema tiene una connotación especial, debido a la pandemia de coronavirus, ya que al menos nueve millones de esos inmigrantes realizan trabajos esenciales.
“En estos tiempos únicos… ha destacado su trabajo crucial como trabajadores agrícolas que cosechan la comida de los estadounidenses; empleados que almacenan estantes de comestibles, y repartidores que llevan comida con seguridad a los hogares”, destaca un reporte del Centro para el Progreso Americano (CAP). “Después de décadas de dar por sentados estos trabajos, el país se ha dado cuenta de cuán esenciales son estas personas y sus contribuciones”.
Si el plan del nuevo mandatario sigue como lo presumió en campaña, en tanto se aprueba la reforma, estos inmigrantes podrían tener un alivio en la persecución de agentes de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), que se enfocarían a buscar a extranjeros sin papeles y récord criminal, no a personas que hayan violado solamente la ley migratoria.
Marielena Hincapie, directora ejecutiva del Centro Nacional de Leyes de Inmigración fue de las personas informadas del plan y se dijo sorprendida, ya que sería el polo opuesto a la agenda del presidente Donald Trump, destacó la agencia en su reporte.
“Esto realmente representa un cambio histórico de la agenda antiinmigrante de Trump”, dijo.
Ron Klain, el jefe de Gabinete de Biden, confirmó que el próximo presidente enviará un proyecto de ley de inmigración al Congreso “en su primer día en el cargo”, aunque no dio más detalles.
El presidente Biden habría dado a conocer sus planes a líderes latinos la semana pasada, en una mesa redonda por videoconferencia a la que acudieron 19 organizaciones, según reportó el Equipo de Transición.
“(En) su primer día planea introducir una legislación de reforma migratoria y proteger a los beneficiarios de DACA”, indicó la campaña sin precisar sobre los indocumentados. “El grupo discutió los desafíos que enfrentan la mayoría de los trabajadores latinos que no tienen la opción de trabajar de forma remota y los muchos niños latinos que no tienen acceso a Internet de alta velocidad, el cual es necesario para el aprendizaje remoto”.
Uno de los asistentes a esa reunión, Domingo García, presidente de LULAC, confirmó a la agencia los planes sobre indocumentados.
Fue en 1986 cuando ocurrió la más reciente reforma migratoria que dio alivio a casi tres millones de indocumentados, fue firmada por el presidente republicano Ronald Reagan, pero impulsada por los demócratas, recordó la histórica activista Dolores Huerta en entrevista con este diario.
“Claro que Reagan tenía que firmarla, porque la aprobaron las dos Cámaras… Yo estuve ahí, en Washington”, expresó tajante, al tiempo que defendió a los demócratas.
Los planes para aplanar el camino a la ciudadanía a los indocumentados también fueron mencionados por la vicepresidenta Kamala Harris en una entrevista a Univision, donde habló de reducir incluso la ruta a ocho años, una vez obtenida la “green card”.
Miedo constante
La semana pasada, una coalición de defensores de inmigrantes indocumentados y sus familias pidieron al presidente electo Biden ayudarlos ante la pandemia de coronavirus y detener la persecución para su deportación.
“Estoy aquí hoy para pedirle personalmente a Joe Biden que cumpla sus promesas de campaña y que actúe de inmediato cuando asuma el cargo la próxima semana para proteger a familias como la mía que han sido perseguidas y aterrorizadas simplemente por atreverse a existir en esta ‘tierra de libertades’”, expresó Jeanette Vizguerra, una activista indocumentada que ha estado viviendo en un santuario en la Primera Sociedad Unitaria de Denver desde 2015.
El grupo acudió a Delaware con apoyo de organizaciones religiosas y defensores de derechos migratorios y civiles.