Con este plan, Biden declara abiertamente que los acaudalados deberían cargar un mayor peso fiscal. Su presupuesto trazaría una línea directa entre esos nuevos impuestos y el popular programa de seguros médicos para personas mayores de 65 años, esencialmente pidiéndoles a aquellos que han tenido los mejores resultados en esta economía que subsidien al resto de la población.
“Este modesto incremento en las contribuciones a Medicare de parte de aquellos con los mayores ingresos mantendrá al programa Medicare fuerte durante las próximas décadas”, escribió Biden el martes en un ensayo publicado en The New York Times. Dijo que Medicare “es una garantía de gran solidez con la que los estadounidenses han contado que estará allí para ellos cuando se jubilen”.
El líder de la minoría en el Senado, el republicano Mitch McConnell, no tardó en desechar el plan, diciéndole el martes a los reporteros que la agenda presupuestaria de Biden “no verá la luz del día”.
Más de 65 millones de personas dependen del Medicare, que les cuesta a los contribuyentes unos 900.000 millones de dólares al año. Se tiene previsto que el número de beneficiarios del programa continúe creciendo a medida que la población del país envejece. Pero financiar el programa es un problema, y las autoridades federales advierten que sin los recortes o incrementos de impuestos, el fondo de Medicare sólo podría cubrir el 90% de los beneficios para el año 2028.