Los lanzamientos de SpaceX han sido detenidos, por el momento, luego de que un cohete propulsor se incendiara el miércoles durante su aterrizaje.

La Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA, por sus siglas en inglés) suspendió el lanzamiento de los cohetes Falcon 9 de la empresa y ordenó una investigación tras el accidente ocurrido antes del amanecer frente a la costa de Florida. No se registraron heridos ni daños materiales.

Aún se desconoce el impacto que esto tendrá en los próximos vuelos tripulados de SpaceX, uno privado y otro para la NASA. El vuelo chárter de un multimillonario se retrasó unas horas antes debido a malas previsiones meteorológicas.

El cohete despegó de la Estación de la Fuerza Espacial de Cabo Cañaveral y puso en órbita los 21 satélites de internet Starlink. Pero el cohete propulsor se desintegró en una bola de fuego momentos después de aterrizar en una plataforma oceánica, el primer accidente de este tipo en años. Era la vigesimotercera vez que se lanzaba este cohete, un récord de reciclaje para SpaceX.

La FAA dijo que debe aprobar los resultados de la investigación sobre el accidente de SpaceX y las medidas correctivas que se tomarán antes de que la empresa pueda reanudar los lanzamientos del Falcon 9. Tras el accidente se suspendió inmediatamente un lanzamiento desde California con más satélites Starlink.

Jon Edwards, vicepresidente de SpaceX, dijo que la empresa está trabajando “con la mayor celeridad posible” para entender qué falló.

“Perder un cohete siempre es triste. Cada uno de ellos tiene una historia y un carácter únicos. Por suerte, esto no ocurre con frecuencia”, publicó Edwards en X.

Además del vuelo espacial privado que espera despegar del Centro Espacial Kennedy de Florida, SpaceX tiene previsto lanzar a un par de astronautas para la NASA a finales del próximo mes. Se reservarán dos asientos para los dos astronautas que despegaron en junio a bordo de la nueva cápsula Starliner de Boeing, la cual ha sido considerada insegura por la NASA para su regreso.