PHOENIX. – Larry Vroom, un republicano de 79 años que ha apoyado al candidato de ese partido en todas las elecciones presidenciales en las que ha participado en su vida, dice que votará por el demócrata Joe Biden este año debido a la respuesta del presidente, Donald Trum, a la pandemia del coronavirus.
“No acepta responsabilidad alguna”, subrayó Vroom, quien vive en Sun City, Arizona, en las afueras de Phoenix. “No habla de la vulnerabilidad de las personas de nuestro grupo de edad, de 65 años o más, a pesar de que él es parte de ese grupo”, agregó.
Las declaraciones de Vroom dejan patente un problema importante para Trump en Arizona, un estado clave en el campo de batalla y que un candidato presidencial demócrata no ha ganado desde que lo hiciera Bill Clinton en 1996, pero donde ahora las encuestas revelan que los votantes en general tienen una visión desfavorable del manejo de la crisis por parte del presidente.
Pero los problemas electorales de Trump no se limitan a las personas mayores preocupadas por el COVID-19.
Las conversaciones con votantes, legisladores actuales y anteriores, estrategas y observadores de la política en el estado revelan que el presidente ha perdido mucho terreno con los residentes de los suburbios y las mujeres, dos grupos críticos con los que tendría que atenuar sus pérdidas si quiere ganar el estado.
Los cambios demográficos radicales en el estado, particularmente la afluencia de jóvenes y una creciente población latina, también están afectando sus posibilidades de reelección.
No obstante, esos cambios han sido graduales, dijeron los expertos a NBC News, y los demócratas han estado apuntando a Arizona desde los comicios de 2012 para lograr sus 11 votos en el Colegio Electoral como una excelente oportunidad de recuperación en las actuales elecciones presidenciales.
Pero este año, se encendió un fósforo que ha acelerado la inclinación de la balanza hacia los demócratas en Arizona: la pandemia del COVID-19.
“Los cambios son reales, pero es la crisis de COVID el problema que está impulsando a la gente a votar en contra de Trump”, dijo el ex representante republicano Jim Kolbe, “ése es el tema que permite a la gente ver claramente el fracaso de la Administración y del propio Trump”.
“Su respuesta ha sido miserable y creo que la mayoría de la gente en Arizona (ancianos, jóvenes, hispanos, mujeres) lo reconoce”, agregó Kolbe.
Chuck Coughlin, estratega republicano en Phoenix, lo expresó de manera más simple: “Menos COVID, esta carrera particularmente reñida aquí -estado de Arizona- no está ocurriendo este año”.
Un cambio hacia la izquierda acelerado por COVID-19
Casi 235,000 personas han sido infectadas con coronavirus en Arizona y casi 6,000 han muerto a causa de la enfermedad. Si bien los casos nuevos disminuyeron brevemente después de un alto reunte durante el verano, los diagnósticos están aumentando nuevamente.
En Arizona, como es el caso a nivel nacional, las infecciones y las muertes afectan de manera desproporcionada a las personas mayores y de color, incluidos los latinos. Y debido a que en este estado reside un elevado número de personas de ambos grupos, la insatisfacción con la forma en que Trump ha manejado la pandemia es un tema que está despuntando notablemente en las encuestas electorales.
Biden ha aventajado a Trump en siete de las últimas ocho encuestas en Arizona rastreadas por NBC News, por márgenes de hasta ocho puntos porcentuales. Muchos de los sondeos mostraron que los votantes de Arizona creen abrumadoramente que Biden está mejor preparado que Trump para manejar la pandemia.
Biden ha visto crecer su apoyo entre los votantes de mayor edad, que en el electorado de Arizona supone un gran porcentaje. Trump se ganó la confianza de votantes de 65 años o más en 2016 en Arizona por una diferencia de 13 puntos porcentuales, según las encuestas a boca de urna, pero una encuesta del diario New York Times publicada a principios de este mes mostró que Biden lideraba ese grupo de edad sobre Trump por un punto porcentual.
“Las personas mayores realmente están apoyando a Biden, lo que, en comparación con 2016, es un gran cambio”, dijo Samara Klar, profesora asociada de la Escuela de Gobierno y Políticas Públicas de la Universidad de Arizona y experta en la dinámica política del estado.
La misma encuesta mostró a Biden con una enorme ventaja de 38 puntos porcentuales sobre Trump entre los votantes latinos en el estado.
Su apoyo entre ese creciente grupo demográfico –que se ha duplicado desde 1980 y supone aproximadamente un tercio de la población del estado– es producto de los esfuerzos de base que los demócratas han hecho en los últimos años, que se remontan a la lucha contra la controvertida ley estatal de Muéstreme sus papeles (Show me your papers, en inglés).
Mari Yepez, directora de campo de MiAZ, un grupo de participación de votantes latinos en el estado, comenzó la organización comunitaria hace ocho años durante un esfuerzo por sacar del cargo al ahora ex sheriff del condado de Maricopa, Joe Arpaio.
“Hemos registrado personas y las estamos inscribiendo en las listas permanentes de votación anticipada”, destacó.
“Todas estas cosas contribuyen a un mosaico de razones de por qué el estado es tan competitivo (en el resultado de las elecciones)”, a juicio del estratega Coughlin.
Mientras tanto, el elevado número de personas que se han mudado desde otros puntos del estado al área metropolitana de Phoenix en los últimos años (es la ciudad de más rápido crecimiento del país) ha provocado el aumento la cantidad de votantes jóvenes con educación universitaria en el condado de Maricopa, que alberga Phoenix y sus suburbios en expansión y que suponen más del 60% del electorado del estado.
Ese grupo demográfico ayudó a impulsar las victorias demócratas en todo el país en las elecciones de medio término de 2018.
Y ese cambio hace que el camino de Trump para lograr una victoria en Arizona sea aún más desafiante.
Trump ganó el condado de Maricopa en 2016 por tres puntos porcentuales (y los votantes de los suburbios por 16 puntos porcentuales, según las encuestas a boca de urna).
Pero la última encuesta del New York Times muestra que entre el 57% y el 29% de los votantes en la región de Phoenix respaldan a Biden, mientras que en el resto del condado de Maricopa lo apoyan entre el 46% y 45%.
El gran impacto de las mujeres, McCain y la carrera por el Senado
El impacto del voto de las mujeres, sobre todo las que residen en el condado de Maricopa que han apoyado en masa a Biden, es igual de crítico para una posible victoria del candidato demócrata en Arizona. (En la última encuesta del New York Times, Biden lideró a Trump entre todas las mujeres por 18 puntos porcentuales).
“Lo de las mujeres es fundamental. Las mujeres conforman un grupo que Trump ha perdido en masa”, dijo Kolbe, quien dejó el cargo en 2007 y decidió abandonar el Partido Republicano por completo en 2018, por sus diferencias con Trump. “Ese será su talón de Aquiles”, agregó.
Biden también está preparado para beneficiarse del gran esfuerzo que está haciendo el demócrata Mark Kelly para destituir a la actual senadora republicana Martha McSally.
Kelly, ex astronauta y esposo de la exrepresentante de Arizona Gabrielle Giffords, quien sobrevivió a un intento de asesinato en 2011, ha liderado a McSally por grandes márgenes en las encuestas, que también muestran que es muy querido y confiable en el estado.
Además, Biden continúa beneficiándose de la disputa durante años entre Trump y el exsenador John McCain, una disputa que Trump ha intentado incluso mantener viva incluso después de que muriera de cáncer cerebral en 2018. De hecho, la viuda de McCain, Cindy McCain, apareció en un video apoyando a Biden durante la Convención Nacional Demócrata y más tarde mostró su pleno respaldo al candidato demócrata.
“John McCain sigue siendo absolutamente venerado en Arizona, y creo que ver a Cindy McCain allá arriba le recordó a la gente la actitud de Trump hacia él y las historias que hemos escuchado sobre su actitud hacia los militares”, aseveró Klar, de la Universidad de Arizona.
No obstante, algunos expertos advierten que Trump sigue contando con un fuerte apoyo en el estado, principalmente porque los cambios demográficos, aunque significativos, aún no han inclinado por completo el voto hacia el lado demócrata y porque las encuestas podrían estar subestimando el apoyo de Trump.
“Hillary Clinton es en realidad la que más votos obtuvo para los candidatos presidenciales demócratas en la historia del estado, pero aún así perdió por más de tres puntos porcentuales”, recordó Andy Barr, estratega demócrata con sede en California que ha trabajado en múltiples campañas en el estado.
“Una de las cosas que la gente tiende a hacer es correlacionar las cifras de las encuestas con el desempeño de los votantes -en las urnas-“, agregó.
Barr, sin embargo, también señaló el hecho de que, dos años después, en 2018, Kyrsten Sinema, recibió más votos (dominando entre mujeres, habitantes de los suburbios y latinos) en su camino para ganar el escaño en el Senado que dejó vacío el exsenador republicano Jeff Flake por su jubilación. Su estrategia está siendo imitada de cerca por Biden y Kelly, dijo Barr.
La votación anticipada parece favorecer abrumadoramente a Biden. Las boletas devueltas durante la primera semana de votación anticipada en el estado casi se duplicaron con respecto a los niveles de las elecciones de medio término de 2018, y los análisis de esas boletas desglosadas por el registro de partidos de votantes de las firmas de Barr y Coughlin indican que los resultados favorecerán a los demócratas.
“Trump es la mejor máquina de participación que jamás se haya inventado para el Partido Demócrata”, dijo Coughlin, “las primeras votaciones que están empezando a llegar parecen indicar eso”.
Una batalla dura en el terreno
Mientras tanto, Biden y Trump, y sus compañeros de fórmula, han tenido una presencia agresiva sobre el terreno en Arizona.
Desde agosto, Trump ha visitado el estado en tres ocasiones, incluido un viaje de dos paradas a Prescott y Tucson la semana pasada. Y el vicepresidente, Mike Pence, ha celebrado tres eventos políticos en el estado desde ese mismo mes, mientras que Donald Trump Jr., Eric Trump e Ivanka Trump han realizado un par de mítines en el estado desde mediados de septiembre.
La campaña electoral del presidente dijo a NBC News que ha tenido contacto en persona con 6.8 millones de votantes de Arizona durante todo el ciclo de 2020, y el propio Trump ha alardeado que cree que su huella con sus visitas en persona puede mantener el estado en color rojo -republicano-.
“Voy a salir y ganar el estado de Arizona hoy con dos grandes mítines”, dijo la semana pasada justo antes de aterrizar en el estado.
Por su lado, Biden y su compañera de fórmula, Kamala Harris, a principios de este mes eligieron Phoenix como el lugar para su primer mitin de campaña conjunta desde que fueron nominados por el partido demócrata.
Suplentes de campaña como el exsecretario de Vivienda Julián Castro, quien se postuló en las primarias demócratas de este año, y el presidente del Comité Nacional Demócrata, Tom Pérez, también hicieron paradas en el estado la semana pasada.
La guerra de gastos de ambas campañas, principalmente en anuncios, también ha sido sorprendente, ya que Biden dedicó significativamente más recursos al estado en las últimas semanas. La campaña de Biden ha gastado 25 millones de dólares en anuncios en el estado desde el Día del Trabajo, mientras que la campaña de Trump ha gastado 11 millones de dólares, según Advertising Analytics.
Los grupos externos que apoyan a Biden han invertido otros 31 millones de dólares, mientras que los grupos pro-Trump han invertido otros 20 millones de dólares.
Los gastos han convertido el área de Phoenix en uno de los mercados de medios más caros de todo el país este otoño. Los anuncios de Biden se han centrado en gran medida en el respaldo de Biden por parte de Cindy McCain, el respaldo de Trump a un fármaco para el tratamiento de COVID-19 que los expertos han dicho que no debería usarse y una crítica general de los fracasos de Trump para abordar múltiples crisis, incluida la pandemia y sus graves consecuencias en la economía.
No es coincidencia que esos son los temas que están en primer plano en la mente de varios votantes que han estado huyendo de Trump. “He perdido el respeto por este partido”, dijo Susan Lecometros, residente del suburbio de Phoenix, Gilbert, y enfermera, quien cambió su registración para votar desde el partido republicano al demócrata a principios de este año y donó a la campaña de Biden.
En el pasado, Lecometros dijo que siempre se había “sentido segura en nuestro liderazgo, ya fuera republicano o demócrata”. Pero no bajo Trump. “Salté del barco”, destacó ahora.
Agencias