Amazon pagará más de 61.7 millones de dólares para resolver los cargos presentados en su contra por la Comisión Federal de Comercio, alegando que no pagó a los conductores de Amazon Flex los montos completos de propina que les dieron los clientes de la empresa.
Según una denuncia de la FTC, Amazon solo dejó de robar las propinas de los conductores contratados después de enterarse de la investigación de la FTC.
El dinero recaudado de Amazon se destinará a las compensaciones de los conductores.
La compañía afirmó que los conductores recibirían “el 100% de las propinas que ganan al realizar entregas con Amazon Flex”, pero luego cambió la forma en que pagaba a los conductores, sin alertarlos, y se embolsaba sus ganancias.
“En lugar de pasar el 100% de las propinas de los clientes a los conductores, como había prometido, Amazon utilizó el dinero en sí mismo”, declaró Daniel Kaufman, director interino de la Oficina de Protección al Consumidor de la FTC. “Nuestra acción de hoy devuelve a los conductores las decenas de millones de dólares en propinas que Amazon se apropió indebidamente y requiere que Amazon obtenga el permiso de los conductores antes de cambiar el manejo de las propinas en el futuro”.
Amazon no brindó un comentario de inmediato a The Independent en el momento de la publicación.
Amazon Flex es un servicio que contrata conductores de reparto como independientes que utilizan sus propios vehículos para entregar paquetes. Al igual que Uber y Grubhub, los conductores son contratados como contratistas independientes, lo que libera a la empresa de tener que proporcionar seguro médico, vacaciones pagadas, aumentos de salario programados o mantenimiento y conservación de vehículos.
En 2016, Amazon redujo las tarifas que pagaba a los conductores, que prometió que serían de entre 18 y 25 dólares la hora, y permitió que los clientes dieran propinas para compensar la diferencia.
Los conductores deberían haber recibido su salario prometido completo, así como las propinas.
Los conductores enviaron cientos de quejas a Amazon después de darse cuenta de que sus ganancias habían disminuido. En respuesta, Amazon envió cartas formales prometiendo a los conductores que seguirían recibiendo “el 100% de sus propinas”.
El nuevo modelo de precios fue cubierto en los medios y continuó enfrentándose al escrutinio de los conductores, pero Amazon continuó usándolo hasta 2019, cuando se dio cuenta de que la FTC estaba investigando las quejas.
Según el acuerdo de Amazon con la FTC, la empresa tendrá que pagar los 61.7 millones de dólares y se le prohíbe tergiversar aún más los modelos de pago y las expectativas de sus empleados. La empresa tampoco puede cambiar el salario de sus conductores sin antes obtener su consentimiento informado expreso.