Se está formando una onda tropical a unos cientos de kilómetros del Caribe y, según las previsiones, tiene a Estados Unidos en el punto de mira.

La perturbación interactuará con otra onda tropical que se aproxima esta semana, y determinará si la onda llega a Florida y las Carolinas, se desvía hacia el sur o hacia el Golfo de México, o se adentra de nuevo en el océano Atlántico, según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica.

Se prevé que la ola, que se desplaza hacia el oeste a unos 29 kmh, atraviese gran parte del Caribe, incluidos Puerto Rico, La Española y Cuba.

Los analistas meteorológicos dan un 60 % de probabilidades de que la perturbación se convierta en huracán tropical durante la próxima semana. Su dirección puede cambiar en los próximos días a medida que se vea frenada por vientos fuertes y aire seco.

Si se convierte en huracán, se llamará Debby y será la cuarta tormenta con nombre en el Atlántico este año.

“Hacia el final de esta semana, la onda se moverá hacia un área con cizalladura bastante baja y amplia humedad, y eso podría dar pie a cierta organización y fortalecimiento”, explicó Alex DaSilva, experto líder en huracanes de AccuWeather.

A principios de este mes, el huracán Beryl azotó el este de Texas, donde dejó un saldo de 36 personas muertas, 2,7 millones de personas sin electricidad y la ciudad de Houston gravemente afectada. Beryl fue el huracán de categoría 5 más precoz registrado en el océano Atlántico.

Los expertos meteorológicos prevén un mayor número de huracanes este año a medida que se intensifican los efectos de la crisis climática en todo el mundo. Las temperaturas del agua han seguido batiendo récords este año, lo que, según los científicos, puede hacer que los huracanes se intensifiquen más rápido y se conviertan en grandes tormentas.

“El temor es que, a medida que nos adentramos en el corazón de la temporada tropical (desde finales de agosto hasta principios de octubre), la temperatura de la superficie del mar siga eclipsando la temporada récord del año pasado. Cuanto más calientes estén los océanos, más favorable será el entorno para el desarrollo tropical y la intensificación rápida”, afirmó DaSilva.

La temporada alta de huracanes en el Atlántico suele ir de junio a noviembre, con un pico en septiembre. El Servicio Meteorológico Nacional dispone de una guía de preparación para huracanes para las personas que viven en zonas de riesgo y otras perturbaciones meteorológicas.