Una empresa a nombre de Matías Morla, abogado de Diego Armando Maradona desde hace más de 10 años, es la dueña de las marcas “El 10”, “Diegol”, “La Mano de Dios”, “Maradona”, “El Diego” y otras 54 similares, con clara vinculación al ídolo.
Morla constituyó en junio de 2015 la empresa Sattvica SA, un adjetivo en idioma sánscrito utilizado para describir algo o alguien que tiene sattva, que es una palabra que significa luz, bondad y/o pureza. Morla fue su presidente, con domicilio en Puerto Madero. Y Maximiliano Pomargo, su cuñado, que luego se convirtió en secretario de Diego, fue nombrado director suplente.
De acuerdo a datos del Instituto Nacional de la Propiedad Intelectual, Sattvica, donde Morla aparece como empleado desde septiembre de este año, es propietaria de las marcas “El 10”, “Maradona”, “Diegol”, “La Mano de Dios”, “Maradona” y “El Diego”, entre otras muy similares y todas vinculadas directamente con el ídolo y su vida. De acuerdo a esos documentos, no hay co-titulares y el nombre de Diego Maradona no aparece en ningún lado.
“La sociedad tiene por objeto dedicarse por cuenta propia y/o de terceros y/o asociada a terceros ya sea en el País o en el extranjero a las siguientes actividades: Adquirir, poseer, solicitar, obtener, comprar, ceder, transferir, licenciar, franquiciar, otorgar licencias de uso, registrar y adquirir marcas, o en cualquier otra forma disponer de marcas, avisos y nombres comerciales, derechos de autor, patentes de invención y procesos, modelos y diseños industriales, modelos de utilidad, know-how, nombres de dominio en internet y demás activos intangibles relacionados con la propiedad intelectual e industrial, así como licencias sobre ellos”, destaca el Boletín Oficial bonaerense al declarar su constitución.
Pero hay más: un acta del INPI fechado en 2017 a la que accedió Infobae muestra a Diego como cedente en favor de Sattvica en rol de adquiriente de la marca “Diego Armando Maradona”.
Con eso, Morla y Pomargo se convirtieron en los titulares de acaso el nombre más comercializable de todos los tiempos, cuya capacidad de generar negocios es inabarcable, señala la Nación de Argentina.
Mientras, los herederos de Diego evalúan la posibilidad de afrontar un juicio contra el abogado, a los efectos de recuperar esas marcas, y buscarán la manera de ratificar la veracidad de esa firma donde Diego les cedió su propio nombre como marca. Y en caso de ser cierto, en qué contexto psicológico fue efectuada esa firma.
La Opinión