Cerca de un millón de mujeres perdió su empleo el mes pasado debido a la pandemia, advirtió el supervisor Mark Ridley-Thomas al discutir con diversas panelistas el impacto del COVID-19 en la comunidad, particularmente en el condado de Los Ángeles.
“Las cifras del mes anterior muestran que cerca de un millón de mujeres dejó la fuerza laboral en un mes, en incontables comunidades”, expresó el supervisor.
Como consecuencia, al tiempo que se perdieron esos empleos, muchas se quedaron sin cubertura médica.
Ridley-Thomas propuso discutir el tema pero también presentar opciones para buscar soluciones, por lo que llevó a cabo un foto en colaboración con La Opinión, con mujeres representativas de diversos sectores de la comunidad.
La pandemia ha causado un desempleo que afecta desproporcionalmente a este grupo, de acuerdo con cifras federales que expuso el supervisor; en promedio, cuatro mujeres pierden el trabajo por cada hombre que queda desempleado.
Al mismo tiempo las mujeres que son trabajadoras esenciales, que siguen al frente ante la pandemia, superan en números a los hombres, de acuerdo con Ridley-Thomas. Por ejemplo, entre los cajeros en supermercados y otros negocios de alimentos en el condado de Los Ángeles, más de dos terceras partes de las cajeras son mujeres; es decir más del 66%.
Rachel Torres, subdirectora de asuntos políticos y derechos civiles del sindicato UFCW 770, explicó que las mujeres que trabajan en supermercados y farmacias, entre otros negocios críticos durante la pandemia, “saben que sin ellas, las ciudades y los condados no operarían adecuadamente, pero cargan con un peso desproporcional por su trabajo”.
Las mujeres trabajadoras esenciales “enfrentan la falta de pago, pero sin embargo tienen que luchar todos los días para asegurarse de que las tiendas no tengan aglomeraciones, y de que las empacadoras de carne cuenten con ventilación plena”, entre otras medidas de seguridad.
Agregó que aunque se han alcanzado logros en garantizar medidas de protección en el condado, “las trabajadoras esenciales, predominantemente las mujeres de color, que trabajan en tiendas, que trabajan en empacado de carne, han tenido que exigir y pelear” por esos logros.
Y… ¿los sueldos?
Araceli Campos, la presidenta de la Iniciativa de Niñas y Mujeres del condado de Los Ángeles, destacó la disparidad en salarios entre hombres y mujeres que también afecta desproporcionalmente a las mujeres, aún si la preparación académica es igual para ambos géneros.
Campos destacó que “el 80 por ciento de las mujeres en el condado de Los Ángeles son mujeres de color”, y como dirigente laboral también observó que para rehabilitar la economía impactada por la pandemia, el condado necesita “crear empleos de calidad para las mujeres”.
Se requieren trabajos que aporten a las mujeres los ingresos necesarios, pero, dijo, que sean empleos de calidad, para reactivar la economía.
El supervisor Ridley-Thomas dijo que cuando las autoridades ordenaron a la comunidad quedarse en casa para prevenir aumento de contagios, muchas mujeres del área angelina tuvieron que permanecer encerradas con parejas abusivas que cometen abuso conyugal.
Al respecto, Sharon Shelton, vice presidenta de la YMCA y coordinadora de los refugios para víctimas de violencia doméstica, dijo que la respuesta por parte de los albergues cuando comenzó la pandemia fue adecuada.
Dijo que en los refugios se aseguraron que, para que la cuarentena funcionara, las víctimas de abuso familiar tuvieran alimentos y agua en cantidades suficientes, pero Shelton destacó que surgió otro problema : “desde el inicio de la pandemia el consumo de alcohol ha aumentado”.
Ese incremento en el consumo de bebidas alcohólicas deriva en el ciclo de abuso. Indicó que la tarea ahora es asegurarse de que las víctimas llamen pro teléfono a los números de asistencia de los refugios.
También enfatizó que por parte del condado hasta ahora las guarderías no pueden mantener un horario de 7 de la mañana a 5 de la tarde, pues la pandemia ha alterado las circunstancias y ahora se necesita que las guarderías se adecuen a las horas de trabajo de las mujeres, especialmente de las trabajadoras esenciales.
Por su parte Anita Defrantz, presidenta de la Fundación del Comité Olímpico y de la comisión del Coliseo de Los Ángeles, dijo esperar que los Juegos Olímpicos se lleven a cabo, pero reconoció las limitaciones por la pandemia.
Tanto Araceli Campos como Sharon Shelton reconocieron que en el marco de la pandemia muchas mujeres se convirtieron en pequeñas empresarias, que además proporcionan empleo a otras personas, y que ahora se necesita más una coordinación entre organizaciones civiles y oficinas de gobierno para apoyar a las mujeres en Los Ángeles.