La idea de acortar las distancias entre continentes con tecnología avanzada ha dejado de ser un sueño de ciencia ficción para convertirse en un objetivo tangible. Un innovador proyecto del Elon Musk, fundador de Tesla, busca conectar las ciudades de Londres y Nueva York en un tiempo récord, marcando un hito en la historia del transporte y ofreciendo nuevas posibilidades para el comercio y el turismo de Estados Unidos.
Este enfoque audaz no solo promete redefinir la manera en que las personas se desplazan entre Europa y América, sino que también plantea un debate sobre las implicaciones tecnológicas y económicas de llevar adelante una obra de esta magnitud. A pesar de los desafíos, el potencial impacto de este avance ha despertado entusiasmo a nivel mundial y se concretaría en los próximos 10 años.
Las dos ciudades más populares del planeta, como Nueva York y Londres, están separadas por casi casi seis mil kilómetros de tierra y agua. Los turistas que pretenden viajar de Estados Unidos a Europa se demoran 9 hora y 30 minutos y en barco o crucero la duración es de 8 días. Por ende, Musk pretende revolucionar la conexión de ambos continentes. El multimillonario dueño de SpaceX planteó hace más de una década construir un sistema hyperloop para recorrer este trayecto en aproximadamente una hora.
Este sistema comprende un túnel transatlántico y un tren que se mueve a través de tubos de vacío con el que se puede disminuir la resistencia que ofrece el aire y así alcanzar una velocidad cercana a 4.800 Km/h. De esta forma, el trayecto entre las dos importantes capitales pueda recorrerse en aproximadamente 70 minutos.
¿Cuáles son los riesgos del novedoso proyecto de Elon Musk para unir Estados Unidos y Europa?
El dinero no sería un problema, pues según la revista Forbes el patrimonio de Musk asciende a 421 billones y el proyecto costaría un poco más de 18 billones de euros. Sin duda, la inversión está dentro de sus posibilidades y naturalmente sería un desembolso compartido entre gobiernos y otras compañías mundiales
Sin embargo, existen otros obstáculos en el camino. Las personas que quieren un viaje tranquilo o no les agrada la velocidad e incluso los adultos mayores podrían tener inconvenientes, ya que el tren submarino futurista de Musk superará al Shanghai Maglev a más 460 Km/h.
Riesgos Técnicos: La construcción de un túnel submarino a través del océano Atlántico implica lidiar con profundidades extremas y condiciones geológicas complejas, como la Dorsal Mesoatlántica.
Presión y seguridad estructural: Las estructuras deben resistir la enorme presión del agua a profundidades oceánicas, además de ser capaces de soportar movimientos sísmicos y otras fuerzas naturales. Un mínimo error sería fatal.
Innovación tecnológica: Sería necesario desarrollar y probar tecnologías completamente nuevas para la construcción y operación del sistema, lo que conlleva un alto nivel de incertidumbre.
Riesgos Medioambientales: La construcción de un túnel submarino podría alterar hábitats marinos sensibles, causando daños a la biodiversidad en el fondo del océano.