Janie Lynn Ridd y su compañera de casa Rachel eran mejores amigas desde hacía 25 años y eran inseparables. Incluso se fueron a vivir juntas después de conocerse en 1995 y compartieron la crianza del hijo de Rachel, que tiene autismo y no habla.
Pero después de que Rachel enfermara de gravedad en numerosas ocasiones sin explicación alguna y perdiera su trabajo como paramédica, descubrió que su mejor amiga había estado intentando envenenarla con una cepa de bacterias resistentes a los antibióticos.
“Me costó mucho trabajo creer que la persona que conozco desde hace 25 años, mi mejor amiga y compañera de casa, pudiera hacer lo que hizo”, manifestó Rachel, identificada solo por su nombre de pila.
“Pero fue diabólico, fue malvado. Estaba tramado y planeado a la perfección”.
La historia de las dos mujeres se relata en el primer episodio de la segunda temporada de Los peores compañeros de casa del mundo en Netflix.
En el episodio, titulado “Mi mejor amiga intentó matarme”, Rachel describe cómo conoció a Janie en 1995, cuando ella tenía 22 años y Janie 26.
Rachel acababa de divorciarse y había regresado a casa de sus padres cuando empezó a relacionarse con Janie. Por su parte, Janie vivía en un apartamento en el que habían entrado a robar y decía que no quería vivir sola.
Parecía que las circunstancias de las dos mujeres se habían entrelazado a la perfección, así que decidieron irse a vivir juntas.
Rachel mencionó que, al principio, se sentía “muy segura” viviendo con su amiga. Sin embargo, las cosas empezaron a agriarse cuando Rachel empezó a hacer nuevos amigos y a tener citas, y Janie empezó a mostrar un comportamiento controlador y celoso.
Según Rachel, el comportamiento de Janie comenzó a agravarse varios años después, en 2010, cuando a Rachel le salió una hernia disco y ya no pudo trabajar. Al mismo tiempo descubrió que estaba embarazada, lo que, según ella, aumentó el control de Janie sobre ella.
“Por primera vez en nuestra amistad, Janie me controlaba por completo porque yo no tenía trabajo, estaba embarazada, tenía una lesión en la espalda y sufría tanto dolor que la necesitaba”, cuenta Rachel en la docuserie.
Rachel dio a luz a su hijo Ryder en 2010. En esa misma época, Rachel decide contratar un seguro de vida para ella y su compañera de casa, cada una siendo la beneficiaria de la otra.
Además, Janie figuraba como tutora legal de Ryder en el testamento de Rachel. Los amigos describían a Janie como una segunda madre que ayudaba a cuidar de Ryder. Cuando Rachel volvió a herniarse un disco en 2015, y los médicos le indicaron que necesitaría cirugía para evitar quedar discapacitada de forma permanente, Janie tomó a Ryder bajo su tutela. Se inscribió junto con el niño en un programa en el que le pagaban por cuidar de Ryder, lo que se convirtió en “una parte importante” de los ingresos de Rachel.
Pero Rachel contó una historia diferente. Reveló que la supuesta obsesión de Janie con Ryder la llevó a abusar de su capacidad como cuidadora de la madre y del hijo.
Alegó que Janie dejó que la gente de la escuela de Ryder creyera que era su madre, lo cual provocó peleas entre las dos mejores amigas, y el 20 de junio de 2018, Rachel recibió una carta para avisarle que Janie la demandaba por la custodia de Ryder. Rachel llamó a las autoridades, que le informaron que Janie había solicitado una orden de protección. Los Servicios de Protección de Menores se involucraron en la investigación del caso y le devolvieron a Rachel la custodia de Ryder diez días después.
Tras el incidente de la custodia, las mujeres siguieron viviendo juntas. Pero la cosa no acabó ahí.
Mientras Rachel se recuperaba de su operación de cuello, Janie ayudó a cuidarla e incluso atendía sus incisiones posoperatorias.
Rachel describió cómo Janie le frotaba el cuello y acababa provocándole más dolor.
Más tarde se descubrió una “sospechosa infección por SARM” en la herida, según un escrito de acusación que obtuvo Today.com. El estafilococo áureo resistente a la meticilina (SARM) es un tipo de bacteria estafilocócica que puede ser resistente a varios antibióticos, y Rachel acabó en el hospital.
Posteriormente, Rachel tuvo otros dos misteriosos sustos de salud. El primero ocurrió en junio de 2019, cuando Rachel tuvo dos episodios separados de niveles peligrosos de azúcar en la sangre que requirieron que fuera hospitalizada, aunque no era diabética y no tomaba insulina. Rachel recordó una conversación entre ella y Janie mientras veían un documental sobre true crime, en la que Janie le dijo que la mejor forma de matar a alguien y salir impune sería inyectándole insulina.
Rachel se sometió a otra cirugía en octubre de 2019, y desarrolló “de forma inexplicable tres infecciones del tamaño de una pelota de golf en la herida”. Se analizó una de las infecciones y se determinó que contenía E. coli, un tipo de bacteria.
En aquel momento, el cirujano de Rachel explicó a los investigadores que la infección por E. coli “no se produjo como resultado de la cirugía y debió de ser inyectada”.
Mientras tanto, el FBI estaba investigando a alguien que intentaba comprar una bacteria letal conocida como estafilococo áureo resistente a la vancomicina (VRSA) en la dark web, un rastro que finalmente les llevó directamente a Janie.
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, el VRSA es una cepa de estafilococo resistente a los antibióticos que puede causar infecciones que parecen de todo, desde afecciones cutáneas hasta infecciones graves de heridas, y puede provocar la muerte.
De octubre a diciembre de 2019, Janie se comunicó con el proveedor en la dark web y le dijo que era una profesora de biología que necesitaba cultivos VRSA para un experimento científico de la escuela, según la acusación.
Cuando el vendedor le contestó que el VRSA podría obtenerse a través de fuentes más legítimas para la investigación científica, Janie se ofreció a pagar por el envío de un día para otro para recibir los cultivos más rápido y pagó USD 300 por las bacterias en Bitcoin.
Según el documental de Netflix, también utilizó la dark web para comprar sedantes como ketamina, Xanax y plumas inyectoras de insulina.
Al final consiguieron detener a Janie cuando los investigadores interceptaron el pedido de virus de Janie y lo sustituyeron por un paquete falso. Después, vigilaron el almacén de UPS donde había encargado la sustancia.
En su segundo día de vigilancia, vieron que entró a la tienda una persona que coincidía con la descripción de Janie y recogió el paquete. Tras seguirla hasta Salt Lake, la detuvieron en su lugar de trabajo y la interrogaron sobre sus planes para la bacteria.
Aunque en un principio negó cualquier intención dañina y alegó que más bien el paquete contenía granos de café, finalmente admitió haber comprado material “biológico” en la dark web para fabricar cerveza.
Luego dijo a los investigadores que había pedido una forma de estafilococo con fines experimentales. Durante su entrevista con el FBI, Janie aseveró a los agentes que nunca se le había pasado por la cabeza utilizar el agente biológico con Rachel.
“No, y ni siquiera sabría cómo hacerlo”, sostuvo Janie, según una grabación de la entrevista emitida en la serie. “No, es mi mejor amiga y discutamos o no, lo es desde hace 25 años y la quiero como a una hermana”.
Más tarde, las autoridades encontraron en casa de Janie una pluma inyectora de insulina usada con el ADN de Rachel en el exterior, junto con una copia de su testamento que había desaparecido de la caja fuerte.
Janie fue detenida y acusada de tres delitos graves: maltrato intencionado con agravantes de un adulto discapacitado o anciano, intento de maltrato intencionado de un adulto discapacitado o anciano e intento de posesión de un arma de destrucción masiva, según los documentos judiciales.
Janie se declaró culpable de intento de maltrato intencionado de un adulto discapacitado o anciano y de intento de posesión de un arma de destrucción masiva el 25 de agosto de 2020. La sentenciaron a entre uno y veinte años de prisión.
Rachel sospecha ahora que Janie empezó con Xanax antes de pasar a sustancias más fuertes como la ketamina. También cree que le inyectó E. Coli, según dijo en la serie de Netflix.
“Disfrutaba atormentarme”, observó Rachel. “No creo que me haya visto como una humana”.
Janie, que ahora tiene 55 años, obtuvo la libertad condicional en enero de 2022 tras cumplir 25 meses de prisión, según el documental. The Independent no pudo ponerse en contacto con ella.
En una grabación sin fecha de una llamada telefónica desde la cárcel del condado de Salt Lake reproducida en la serie, se oye decir a Janie: “Sé lo que va a pasar. Voy a salir de aquí. Voy a encontrar una manera de alejarlo de ella. Tiene que volver conmigo ahora”.
Traducción de Michelle Padilla
Independent