Por Andrea López-Cruzado
Desde el final de la votación el martes en la noche, el presidente, Donald Trump, ha usado Twitter y la Casa Blanca para denunciar un fraude electoral del que no hay evidencia.
Varios de sus mensajes han sido censurados por la red social por carecer de sustento, incluyendo uno en el que decía que iba a presentar demandas legales en estados concedidos a Joe Biden y otro en el que declaraba: “¡DETENGAN EL FRAUDE!”.
El jueves en la noche, con el sello de la Casa Blanca a sus espaldas, se refirió a “votos legales” que le darían la victoria y “votos ilegales” que se la robarían.
Sin embargo, una por una, las autoridades electorales de los estados atacados por el presidente lo han desmentido. Las cortes a las que ha acudido su campaña han negado sus pedidos de suspender conteos de votos, y los republicanos que suelen defenderlo han rechazado su actitud.
“No hay defensa para los comentarios del presidente, que socavan el proceso democrático”, dijo en Twitter Larry Hogan, el gobernador republicano de Maryland. “Estados Unidos está contando los votos y debemos respetar los resultados como siempre lo hemos hecho antes. Ninguna elección ni persona es más importante que nuestra democracia”, añadió.
El candidato demócrata, Joe Biden, ganó el estado de Maryland con más de 60% de los votos.
Rick Santorum, ex senador republicano por Pensyilvania, calificó parte de las declaraciones del presidente como “incendiarias”. El hoy comentarista político de la cadena CNN dijo también que hablar de fraude sin pruebas “es peligroso”.
La mayoría se opone a la declaración de victoria de Trump
El rechazo también ha venido de la población, que fue testigo de la primera mentira de Trump tras el cierre de los votos cuando en la madrugada del miércoles dijo que había ganado las elecciones.
Solo 16% de adultos encuestados el miércoles y el jueves por Reuters/Ipsos dijo que aceptaba la declaración de victoria de Trump, incluyendo apenas tres de cada 10 republicanos. Además, 84% (incluyendo 70% republicanos) dijo que los candidatos no deberían declarar victoria antes de que termine el conteo de los votos.
Y pese a que el jueves Trump arremetió contra el proceso electoral considerándolo corrupto, dos tercios de los encuestados dijeron que confiaban en que las autoridades harían un trabajo honesto.
Al declarar su victoria a las 2:30 de la mañana del miércoles, Trump dijo también que había ganado varios estados que luego han sido concedidos a su contrincante y aseguró que claramente era el vencedor en Georgia. Hasta el jueves en la noche, los 16 votos electorales de ese estado seguían en el aire con una estrecha diferencia entre ambos candidatos.
Por su parte, las autoridades electorales defienden sus procesos de los ataques del presidente y su entorno.
En una conferencia de prensa el jueves en la tarde, la secretaria de Estado de Pennsylvania, Kathy Boockvar, dijo que ella haría todo lo que estuviese en su poder para garantizar que “cada votante, cada candidato y cada partido tenga acceso a una elección justa, libre y segura”.
En referencia a los votos ausentes o anticipados enviados por correo y que han sido el blanco de las denuncias de Trump, Boockvar dijo que “la fortaleza de la integridad de este voto no tiene comparación”. Agregó que las boletas enviadas por correo siguen el mismo proceso que el voto presencial, con una estricta verificación de la identidad del votante y la validez del voto.
En un hecho aislado, en octubre, un hombre inscrito como votante republicano fue detenido en Pennsylvania por solicitar una boleta para su madre, que falleció hace cinco años. Las autoridades locales atajaron el intento de fraude y dijeron que había sido el primero de su tipo en 30 años.
También ayer, la campaña del presidente anunció que demandaría al condado de Clark en el estado de Nevada por “reportes de irregularidades” que habrían recibido, incluyendo votos de personas fallecidas y de exresidentes que habrían sido contados.
Cuando un reportero de la cadena MSNBC en Nevada le pidió a Richard Grennell, ex director de Inteligencia Nacional de Trump, que mostrara pruebas de los miles de votos ilegítimos que denuncian, el también miembro del Partido Republicano se subió a un vehículo sin mostrar evidencias.
Al ser preguntado al respecto, la autoridad electoral del condado, donde se ubica Las Vegas, negó cualquier tipo de irregularidad.
“No estamos al tanto de ninguna boleta indebida que esté siendo procesada”, aseguró Joe Gloria, la cabeza del Registro de Votantes del condado de Clark.
La advertencia de Trump de que tomará acciones legales, acudiendo incluso a la Corte Suprema, no está produciendo el efecto que espera.
Un juez de Georgia negó el intento de la campaña del presidente por descalificar boletas que un observador republicano dijo que habían llegado después del plazo establecido. ¿La razón? El observador no ofreció ninguna prueba de lo que decía.
Asimismo, la campaña Trump hizo un pedido para detener el conteo de los últimos votos en el estado de Michigan. La jueza a cargo rechazó la solicitud ante la ventaja de Biden sobre el presidente. El miércoles, Noticias Telemundo y otros medios concedieron los 16 votos electorales de Michigan a Biden, quien obtuvo 50.56% de la preferencia de los electores de ese estado.
Un pedido del presidente de suspender el conteo de votos en Filadelfia alegando una falta de acceso a observadores republicanos tampoco fue concedido. El juez a cargo instó a los abogados de ambas partes que llegaran a un acuerdo entre ellos. Sin Pennsylvania y sus 20 votos electorales, las posibilidades del presidente de retener la Casa Blanca son prácticamente nulas.
En otra manera casi anecdótica en la que Trump y sus partidarios han intentado poner en duda la legitimidad del proceso electoral, denunciaron el reparto de Sharpies a votantes republicanos en Arizona. La idea, alegaron, era anular esos votos porque supuestamente el uso del marcador invalidaría las boletas.
Lo que ahora es conocido como el SharpieGate ha quedado, como lo demás, desmentido.
Telemundo